
Aunque American Horror Story es de esas series que tiene el mismo número de fans que de detractores, una cosa deja clara en cada temporada: siempre hay algo de lo que se puede hacer una historia.
Esta vez le ha tocado el turno a American Horror Story: 1984, una historia que nos lleva de vuelta a los ochenta y se hace eco de toda una era para contar una historia de ‘terror’ que intenta evocar y hacer oda a los slasher del momento.
Análisis de AHS:1984
American Horror Story: 1984 pone su vista en el Campamento Redwood y en las masacres que ocurrieron en la zona. Un grupo de jóvenes irán para trabajar de monitores, sin saber lo que les espera.
Con esta premisa empieza una historia que discurre entre la época actual, los ochenta, los setenta e incluso los cuarenta y que bebe de un tiempo donde las historias de asesinos en serie que mataban a jóvenes salidos y despreocupados estaban de moda.
Y por eso todo el estilo de American Horror Story: 1984 está cuidado al detalle, consiguiendo transportarnos a esa época que evoca de una forma muy bien llevada, consiguiendo captar la esencia por completo.
Y aun así admito que hasta más o menos la mitad esta temporada me ha aburrido. Supongo que imita tanto el slasher de la época que pierde fuerza a nivel argumental, y ahí es donde reside el problema: podemos tragarnos una hora y media de una película mala de asesinos en serie pero… ¿podemos realmente soportar ocho capítulos sobre lo mismo?
Pero parece que AHS: 1984 es consciente de esto, y por eso cambia el ritmo más o menos a la mitad de la historia. Es entonces cuando deja de lado ese tono de ‘jóvenes asustados en el campamento’ para centrarse por unos capítulos en una oda que recuerda en ciertos aspectos a la película de Tarantino, Death Proof, por rememorar a lo mismo.
Y es entonces cuando empiezas a apreciar mejor American Horror Story: 1984, porque te das cuenta de todo lo que consigue rememorar con una historia tan sencilla como la de un campamento maldito.
Está claro que esta temporada tiene sus más y sus menos, y es más menos que más, pero es innegable que a nivel de oda está extremadamente bien porque consigue acertar de pleno en lo que representaban todas esas películas en los ochenta, tanto en el vestuario como en el estilo, la forma de comportarse de los personajes y la música.
Eso no quita que AHS: 1984 sea excesivamente parecida a otras temporadas de la misma serie. Ya vimos una mansión encantada en la primera, y otra más en AHS: Hotel – aunque se mezclase con vampiros – así que esta en ese punto no ofrece nada novedoso.
Nos volvemos a poner de nuevo en la piel de fantasmas, de lugares encantados y malditos donde te quedas a morar para siempre una vez muerto. Todo esto ya está muy trillado, e incluso el mezclarlo con ritos satánicos no aporta nada nuevo si recordamos la temporada anterior.
Sí, American Horror Story: 1984 consigue salvarse por hacer una oda tremenda a toda una época, pero si te fijas detalladamente se puede observar cómo la serie va repitiendo una y otra vez las mismas ideas sin atreverse a dejarlas completamente de lado para ofrecernos algo totalmente novedoso.