Black mirror. Temporada 4

Un año más, Netflix nos trae como regalo navideño nueva temporada de Black Mirror. ¿Qué mejor fecha que esta para hacernos sentir mal y comernos la cabeza? Y, aunque esta es sin duda la temporada más floja, Black Mirror sigue siendo una serie que consigue engancharme desde el principio hasta el final, manteniendo un buen ritmo en cada capítulo.

 

 

 

El primer capítulo de la temporada es una buena historia pero, ¿es la mejor forma de empezarla? Con un elenco de actores muy característico, y unos escenarios cuidados al detalle que juegan con el factor nostalgia, USS Callister parece tenerlo todo para ser un buen capítulo.

 

 

El problema es que a los fans de Black Mirror nos han malacostumbrado. No puedo evitar notar que falta cierta esencia que suelen tener todos los inicios de temporada de la serie. No nos hace pensar como debería, ni siquiera nos sentimos mal al verlo; es una forma muy amena de empezar la temporada.

 

 

Llevaba tiempo esperando este capítulo, desde que se supo su trama. La sobreprotección de los niños es un tema bastante hablado, y me parecía buena idea llevarlo a una situación un poco más futurista.

Pero Black Mirror coge una buena idea y hace con ella una historia sin pena ni gloria. Empieza bien, pero deja de convencer cuando la niña crece; quizás hubiese sido mejor que se centrase solo en su infancia.

 

Hay escenas madre e hija que son realmente horribles, pero sobre todo creo que la pelea final hace perder cierta fuerza a la historia.

 

 

La peor historia de esta temporada. No solo es grotesca, sino que no termina de convencer. Después de dos capítulos seguidos protagonizados por verdaderos lunáticos, a nadie le apetece ver un tercero. Recuerda a un capítulo de la segunda temporada, donde también se usan unos aparatos similares para recordar; no es que esté mal reutilizarlos, pero hay muchas otras ideas que podrían explotar.

 

 

 

La historia que llega para redimir a Black Mirror. Una mezcla entre un Tinder del futuro y San Junípero. Está contada de tal forma que nos hace sentir que acabará mal, pero no nos parte el corazón. Me hubiese gustado más si San Junípero no hubiese dejado el listón tan alto.

 

 

 

 

Cuando empecé el capítulo no pensé que iba a convertirse en uno de mis favoritos de esta temporada. Hace algo de lo que carecen los otros: nos sorprende de verdad, haciéndonos pensar y que nos sintamos mal.

 

Metal Head nos genera sentimientos agobiantes todo el capítulo, lo que se magnifica con el uso del blanco y negro.

 

Lo mejor: ese final cargado de tristeza que sirve como guinda del pastel para que la historia sea mucho más desgarradora.

 

 

El apoteósico final para una temporada mucho más suave que las anteriores. Con una trama central y otras secundarias que se van hilando, narradas por un personaje odioso con alma de cuentacuentos, Black Mirror nos muestra un capítulo diferente y muy bien llevado. Sin duda, consigue subir el nivel a toda una temporada que nos deja con ganas de algo diferente a lo que se nos ha ofrecido.