Lo cierto es que cuando empecé a ver la temporada 2 de Carnival Row no sabía que era la última temporada de la serie, pero sin duda me apena que así sea. Siento que este mundo feerico lleno de racismo tenía mucho potencial, pero que en cambio han preferido cerrar antes de tiempo y no darle una oportunidad.
Muchas cosas se quedan a medias y, aunque la serie por lo menos pone un cierre, se me hace a poco con todo lo que podía haber aportado este universo, incluso sin sus personajes principales.
Porque sí, Carnival Row podría haber seguido perfectamente sin Orlando Bloom y Cara DeLevigne, y la serie podría haber sido igual de buena; su encanto no residía en estos actores, sino en la premisa que mostraba la serie.
Mi opinión sobre la temporada 2 de Carnival Row
La temporada 2 de Carnival Row nos muestra lo sucedido después de que todos los seres mágicos sean apartados de los humanos; aletargados, empiezan a enfermar. A esto se le añade un misterioso monstruo que va asesinando de nuevo a diestro y siniestro, así como un país donde la revolución ya ha sucedido y hay una especie de comunismo donde todos conviven llamándose ‘camaradas’.
En este tumultoso ambiente, nuestros protagonistas tendrán que afianzar sus realidades y luchar por lo que es suyo pero, ¿sobrevivirá el amor que se tienen ante su dispariedad de opiniones?
Y con esta premisa comienza una temporada que de nuevo vuelve a ser una alegoría sobre la sociedad humana, plasmada a través de hadas y otras criaturas mágicas.
Por ejemplo, ese nuevo país es una clara alegoría al comunismo – en inglés ni se cortan, y todos hablan con acento ruso -, mientras que el lugar donde han hacinado a las criaturas mágicas parece una especie de holocausto.
Casi parece que la temporada 2 de Carnival Row sea una alegoría llena de una fantasía oscura sobre la Segunda Guerra Mundial y todo lo que iba pasando a la vez; y eso es precisamente lo que hace tan especial a esta serie.
En su contra juega que todo ocurre tan rápido para dar un final que hace que pierda sentido todo. Siento que todo está cogido con pinzas, que realmente hay muchas partes que se quieren interconectar entre sí pero todo ocurre tan rápido que se acaba diluyendo todo entre las manos.
Una pena, porque esta serie estaba hecha para hacerse a fuego lento. Es una trama con mucho potencial, pero no para ser contada con rapidez. Siento que si se le hubiese dado una oportundiad, Carnival Row podría haber llegado mucho más lejos de lo que lo ha hecho.
Pero me imagino que los números son los números, por lo que habrá que quedarse con estas dos temporadas que, aunque con una premisa muy interesante, no acaban de terminar de arrancar.