
Esta claro que las series españolas están viviendo un momento de esplendor, y que plataformas como Netflix ya tengan entre su parrilla internacional series que han dado sus primeros balbuceos en nuestras fronteras ya es una clara muestra de ello.
Pero La casa de papel fue un paso más allá, siendo la primera serie española de toda la historia que ha ganado un Emmy. Con tanto a sus espaldas, estaba claro que el estreno de la temporada 3 de La casa de papel tenía que entrar pisando fuerte.
Con tantos ojos puestos en esta tercera entrega, y más cuando no se sabía qué iban a contar en la historia, la tensión y las ganas de hacerlo más y mejor eran palpables.
¿Es mejor esta temporada de La casa de papel que las anteriores?
Y lo cierto es que lo han conseguido, porque la tercera temporada de La casa de papel ha conseguido limar partes que dificultaban su visionado en las dos primeras temporadas para conseguir una tercera que mejora a nivel técnico (y eso que ya en las dos primeras era muy buena).
Sobre todo esto se nota en el montaje y la música, algo que siempre ha sido notable en la serie. Precisamente ha sido la música lo que ha hecho posible que miles y miles de personas volviesen a cantar al unísono ‘Bella, ciao’.
Pero sobre todo esta tercera temporada gana en fluidez. Porque mientras la primera y la segunda avanzaban a un ritmo más pausado, en esta todo sucede a una velocidad mucho más acorde con esta nueva situación en la que se encuentran el grupo de atracadores más famoso – y querido – de toda España.
Es cierto que parte de esta fluidez se ha conseguido en parte por un motivo: los rehenes ya no tienen la fuerza y la importancia que sí tenían en las dos primeras.
En esta prácticamente los ignoramos, lo que hace que toda la historia se centre casi por completo en la guerra entre esa banda con nombres de ciudades y la policía.
Y, hablando de la policía, hay que destacar el papel de Nawja Nimri como Alicia Sierra, esa nueva cara en la policía que entra dando guerra. Sin duda se ha convertido en uno de mis personajes favoritos de esta temporada, mostrando un temperamento bastante maquiavélico pero que aún así es una delicia ver en acción por ver cómo se desenvuelve en el entramado creado por El Profesor (Álvaro Morte) y el resto de la banda.
Algo que también se nota mucho en la tercera temporada de La casa de papel es cómo han querido mantenerse al día en situaciones sociales, algo que ya se notó en las dos primeras pero que en esta se plasma en discusiones aún más fuertes.
La casa de papel ha creado personajes muy bien construidos y creíbles con los que, a pesar de sus continuos errores, es fácil empatizar en cualquier circunstancia.
Y todo ese peso social y emocional lo ha sabido combinar muy bien con una estupenda dosis de acción que, además, sabe dejarnos con la miel en los labios; termina exactamente en el momento justo.
Lo único que espero es que no tarden mucho en sacar la cuarta temporada, porque estoy deseando ver cómo continúa este nuevo atraco.