
1. A veces es un poco repetitiva
Uno de los peores problemas de Érase una vez es precisamente que, durante estas 7 temporadas, ha habido muchos momentos que parece que se repetían una y otra vez. La temporada más novedosa fue la primera, pero a partir de ahí se desencadenaron una serie de eventos que, mirados con perspectiva, son prácticamente iguales.
2. Los efectos especiales
Me encantan las series que cuentan con poco presupuesto para efectos especiales y aun así saben defenderse a la perfección. Aunque había veces que no se notaba, en otras muchas el CGI era tan malo que daban ganas de reírse.
3. REGINA
La Reina Malvada (Lana Parrilla) es uno de los principales motivos por los que Érase una vez merece una oportunidad. Nos encontramos con un personaje muy bien construido lleno de luces y sombras, capaz de caernos bien cuando es la mala malísima, pero también cuando es buena.
4. Sobre Rumple y Bella
Una de las cosas que peor llevo sobre Érase una vez es cómo han idealizado la relación entre Rumple (Robert Carlyle) y Bella (Emilie de Ravin). Estaba claro que, al llevarse a una serie con tanta duración, los mensajes negativos del cuento de La Bella y la Bestia iban a verse mucho más claros. Y por esto mismo podrían haber innovado para mostrarnos una historia mucho más actualizada.
En cambio nos vemos una Bella que durante seis largas temporadas lucha para que su amado se vuelva bueno, pasandole cualquier desliz que tiene con el lado oscuro por alto. Y todo esto para llegar a una séptima temporada que busca mostrarnos que el amor verdadero todo lo puede (pero eso sí, si eres capaz de aguantar que tu marido sea un capullo integral durante toda la serie).
Hubiese estado bien que Bella se mantuviese en sus trece de no volver con Rumple, pero durante toda la serie se repite la misma dinámica de Rumple es malo/ se vuelve bueno/ parece que no se había vuelto tan bueno/vuelve a ser malo, y Bella siempre acaba perdonándolo.
Vamos a ver, después de todo lo que ha hecho, ¿de verdad esperas que idealice su relación con Bella?
5. La relación de Robin y Alice
Y, en contraposición de una de las peores historias de amor de la serie, nos encontramos con la mejor de todas: Robin (Tiera Skovbye) y Alice (Rose Reynolds). Hay tantas cosas buenas sobre esta pareja que no es de extrañar que se haya vuelto una de las favoritas de los fans.
No es pastelosa como Blanca (Ginnifer Goodwin) y el príncipe azul (Josh Dallas), ni la odias como Rumple y Bella, ni siquiera se ve tan forzada como la de Emma y Capitán Garfio (Colin O’Donoghue). En resumen: la relación de Alice y Robin es la más realista de todas, y la más positiva. Es una pena que sólo hayamos podido disfrutar de ella durante una temporada.
Además, con Alice y Robin se han atrevido a convertir a uno de los personajes más conocidos del mundo de los cuentos en lesbiana, y encima dándole un peso muy relevante en la historia. No hay que olvidar que no es la primera vez que la serie añade personajes LGBT+ a la historia, ya que ya juntó en su momento a Ruby (Meghan Ory) con Dorothy (Teri Reeves).