
Lo cierto es que ni me di cuenta de que la séptima temporada de New Girl iba a ser la última. Acostumbrados como estamos a que las sitcom tengan la manía de no querer acabarse nunca, parece mentira que cuando una lo haga hasta tengamos ganas de un poco más.
Cosas que quiero decir sobre New Girl
1. Jess, a veces caes un poco mal
Jessica Day es la razón principal por la que empecé a ver la serie. Me identificaba (y me sigo identificando) con su carácter en muchas cosas, pero su falta de evolución a lo largo de las temporadas acaba por cansar.
Todos sus compañeros de piso maduran y cambian, aunque su esencia siga siendo la misma. En cambio, ella se mantiene en todas las temporadas igual, hasta que llega un punto en el que, aunque no lo sepamos, necesitamos descansar un poco de ella.
Quizás fue esa la razón por la que New Girl remontó un poco la temporada en la que Jess aparecía menos. Fue ese parón que realmente necesitábamos para no terminar por cansarnos de uno de los personajes más queridos de la serie.
2. REAGAN
Nunca pensé que Megan Fox me fuese a gustar tanto, pero lo cierto es que se echa en falta a Reagan. La chica nueva de la serie vino para sustituir momentáneamente a Jess, aunque podría haberse quedado un poco más que seguro que a todos nos hubiese gustado. Pero NO, Reagan tenía que irse porque Nick (Jake Johnson) tiene que estar con Jess.
Reagan es una chica independiente, que sabe sacarse las castañas del fuego ella sola, y con un carácter muy diferente al de Jess. Creo que la diferencia tan drástica entre ambas se podría haber explotado mucho más, ya que son tan diferentes que se complementan a la perfección.
Además, Reagan es un personaje abiertamente bisexual, siendo una de las pocas representaciones LGBT + que vemos en la serie.
3. Las relaciones
Uno de los problemas de New Girl es precisamente el mismo que encontramos en otras sitcoms similares: la manía de que los protagonistas necesitan acabar emparejados al final. Durante todas las temporadas se desarrolla que X tiene que acabar con Y, y A con B, como si no existiesen muchas más opciones.
Por mucho que me gusten las parejas que se forman a lo largo de la serie (a excepción quizás de Nick y Jess, que acaban cansando un poquito), querría por una vez ver algo un poco más atípico. Parece que si no han «triunfado» económicamente y sentimentalmente la serie no puede acabarse.
4. A veces no hace gracia
Por mucho que al principio los chistes y chascarrillos hicieran gracia, llega un momento en que lo absurdo cansa. El que los personajes sean excesivamente planos en algunas ocasiones es una forma fácil de saber cómo actuará cada uno e ir por esos derroteros para hacer reír.
Encima con el paso de las temporadas pierden muchas de las cosas que eran un signo identificativo de la serie en el principio. ¿Donde quedó el «Douchebag Jar», por ejemplo?
5. El final
Para mí el final representa precisamente el sentimiento agridulce que deja New Girl. Vemos a todo el elenco disfrutando por última vez de esa casa que ha sido un hogar durante 7 años, hasta que nos lleva al «¿qué va a pasar ahora?».
Todos saben que comienza una nueva etapa, pero se despiden de la casa de la mejor forma posible, y sabiendo que lo que vendrá después también será bueno.
Ese final, con todos subidos encima de una caja, habría sido más que suficiente para que nos fuéramos con un buen sabor de boca. Pero no, New Girl se empeña en chafarse a sí misma añadiendo una última escena sin gracia.