¿Sabes esos juegos que tienen una apariencia de lo más sencilla y que piensas que los pasarás enseguida, pero luego no es para nada así? Eso me pasa cada vez que juego con Dead in Bermuda.
Aunque parece un juego de supervivencia sencillo sin mucho que aportar, lo cierto es que saber cuál es el final del juego me ha generado muchas frustraciones. Es más, al ver que nunca conseguía llegar al final opté por ver un Gameplay.
Pero, ¿qué tiene Dead in Bermuda que hace que sea un juego que quieras intentar una y otra vez por mucho que terminarlo parezca una odisea? Ahí es donde reside su magia.
Mi opinión sobre Dead in Bermuda
El juego nos pone en la piel de una serie de personajes perdidos en una isla misteriosa tras haberse estrellado el avión en el que iban. El objetivo parece simple: sobrevivir y salir de la isla; la realidad es muy distinta.
El juego empieza de una forma bastante amena, indicándonos paso a paso todo lo que debemos de saber para poder «sobrevivir». Aquí es donde empieza el dilema: tienes varios personajes que gestionar pero, ¿cuál hace mejor qué para conseguir el mejor resultado?
Porque para avanzar tendremos que hacer varias cosas, desde explorar la isla hasta investigar para saber cómo avanzar en nuestro campamento. El problema es que cada paso que das hace que las necesidades de los personajes bajen más y más, haciendo que se depriman, pasen hambre o se fatiguen.
Y ahí es cuando llega el momento de hacer malabares: tenemos que seguir avanzando en la historia y ganar conocimientos, pero la supervivencia se va haciendo cada vez más y más difícil.
Cuando llegamos a ciertos niveles del mapa o de conocimiento, lo hacemos ya de tal forma que nuestras necesidades muchas veces están al mínimo. Y es entonces cuando no es extraño que perdamos a alguno de nuestros personajes.
Admiro sinceramente a la gente que se ha pasado este juego y lo ha hecho consiguiendo que todos los personajes sobrevivan y con un buen estado de salud. Al ver los gameplays no se si pensar que soy yo, que se me da muy mal, o es que hay gente que ha sabido pillarle el truco a Dead in Bermuda.
A todo esto hay que añadirle la historia que vamos conociendo conforme exploramos la isla. Una historia de lo más esotérica y mitológica con la que podemos entretenernos para rato. Y admito que si he visto el final en vídeos de Dead in Bermuda era sobre todo por conocer quiénes eran los extraños personajes que van apareciendo.
Personajes que, por cierto, están diseñados con un mimo increíble. Y es que me encanta la forma en la que se muestran a estos personajes secundarios, con un diseño muy particular que no pasa nada desapercibido.
Sin duda, Dead in Bermuda es un juego que me sigue frustrando por no conseguir pasármelo. Aun así, cada cierto tiempo me apetece volver a intentarlo y sumergirme una vez más en su historia y en su modo de juego.
