Destino: La saga Winx – Una sorpresa inesperada

Cartel de Destino: La saga Winx

Que Netflix haya cogido una de las series de nuestra infancia para transformarla en una versión adolescente, oscura y llena de detalles que en la infantil no salían me ha parecido un puntazo. Destino: La saga Winx se ha convertido en una serie para ver en un único día, de tan enganchada que estaba.

Y es que, a pesar de no tener nada que ver con la serie que veíamos tantas personas cuando éramos pequeños, sí guarda cierta esencia que hace que te enganches por completo a la trama de esa escuela de hadas atormentada por un mal exterior del que hay que defenderse.

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Mi opinión sobre Destino: La saga Winx

 

La historia comienza con Bloom (Abigail Cowen), una joven hada que acaba de descubrir sus poderes. Criada en el mundo humano, acaba en la escuela de Alfea para proteger a sus padres y aprender a controlar su poder del fuego.

En la escuela tendrá que compartir su habitación con otras cuatro chicas: Estella (Hannah van der Westhuysen), la heredera al trono de Solaria, Terra (Eliot Salt), con el poder de las plantas, Aisha (Precious Mustapha), capaz de controlar el agua y Musa (Elisha Applebaum), una empática cansada de sentir los sentimientos de todo el mundo que le rodea.

Y de esta forma comienza una historia donde Bloom investigará quién es realmente mientras se hace amiga de sus compañeras de habitación, todo eso sin olvidar que un mal acecha fuera de los muros de Alfea…

Lo cierto es que la premisa de Destino: La saga Winx me ha enganchado por completo. Está claro que ha influido mucho el factor nostalgia, pero aunque empecemos a verla por ese motivo la serie tiene una personalidad propia que hace que finalmente nos quedemos por ella misma.

Al principio puede chocar no ver alas, purpurina ni ropa estrambótica, pero todo forma parte de ese estilo propio que tiene la serie y hace que se diferencie de sus predecesoras.

Protagonistas de Destino: La saga Winx

Ocurre un poco igual que con Las escalofriantes aventuras de Sabrina. En un primer momento puede chocar que no sea una serie de humor, que Salem no hable y que todo sea tan satánico, pero finalmente consigue tener su propia voz que hace que nos guste y que no podamos comparar la serie original con la nueva.

Con Destino: La saga Winx ocurre lo mismo. Hay que verla sin comparar, simplemente disfrutando de ella, de cómo Netflix ha decidido dar una oportunidad a una historia más adulta, más madura y más oscura, con un tipo de magia distinta a la anterior.

Sinceramente, no soy mucho de series de tramas adolescentes. Ese toque a lo Crónicas Vampíricas suele cansarme con facilidad. Aun así, Destino: La saga Winx sabe defenderse muy bien, creando una mezcla entre trama adolescente, magia y seres malignos que funciona a la perfección.

Series de magia en Netflix

Sin duda, os animo a darle una oportunidad a Destino: La saga Winx. Ojalá tenga segunda temporada, y tercera, y cuarta, porque es un mundo tan amplio que tengo ganas de ver qué hacen con el en esta nueva serie.

Muy entretenida y diferente a las Winx que tenemos en nuestra cabeza.

Y tú, ¿veías Las Winx?

3.5/5
Imagen de Isabel Robleda
Isabel Robleda

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