
El juego es una de esas películas que te pones un día en Netflix por aburrimiento y descubres que incluso es bastante buena. O, por lo menos, eso fue lo que me pasó a mi cuando decidí darle una oportunidad a este remake francés de una historia que poco a poco empieza a gastarse.
Mi opinión sobre El juego
Un grupo de amigos se reúne para cenar y ponerse al día. Se conocen de toda la vida, se han visto crecer, así que poco misterios hay entre ellos… O por lo menos eso parece a simple vista.
Lo que parecía ser una cena normal y corriente acaba sacando todos los trapos sucios a la luz cuando una de las invitadas propone un peligroso juego: dejar todos los móviles en la mesa para que todos se puedan enterar de qué se esconde tras el privado mundo virtual que cada uno lleva encima constantemente.
¿Te suena esta idea? Casi parece que se esté hablando de Perfectos desconocidos, o de todas las versiones que llevan ya un tiempo circulando de un guión repetido una y mil veces pero en diferentes países. Porque resulta que El juego y Perfectos desconocidos se basan a su vez en una película italiana con la misma trama.
Supongo que si hubiese visto Perfectos desconocidos, o la versión italiana en la que se basa, el guión me parecería poco original y me aburriría ver prácticamente la misma historia de nuevo… pero lo cierto es que se disfruta su premisa si es la primera vez que te embarcas en ella.
Un guión en apariencia tan simple da juego para mostrar toda la faceta humana, todos los secretos oscuros que no nos atrevemos a contar porque sabemos que están mal y harán daño. Pero al final las vidas construidas sobre mentiras acaban pasando factura… por lo menos durante un eclipse.
Esta noche sirve para mostrar cómo hasta ese amigo que conoces de toda la vida puede sorprendente. Sobre todo llama la atención la reacción de los amigos respecto a la homosexualidad, de forma que la película juega con esa fina línea entre decir que eres gay u ocultarlo por miedo a que no te traten igual.
Y es que a veces nos rodeamos de personas que son, literalmente, una mierda, y que no nos van a aceptar si les mostramos cómo somos realmente. Y aún así ahí seguimos, porque casi parece que más vale malo conocido que bueno por conocer (madre mía, cómo odio este dicho).
Sin duda, todo el film se apoya en unas buenas actuaciones. Sin unas buenas actuaciones este film no llegaría a ningún lado, porque es alucinante cómo el personaje va cambiando conforme avanza la película. El alcohol y los secretos acaban haciendo que nuestra perspectiva cambie totalmente.
En resumen, El juego está bien si nunca has visto nada parecido. Si ya lo has hecho, puede darte curiosidad pero seguramente no veas mucha novedad. Aunque oye, quizás merece la pena comparar todas las versiones que hay para ver cuál está mejor y en qué se diferencian.