
Yo no sé por qué me hago estas cosas, y más viendo las innumerables críticas que tuvo la versión realista de El rey león en su momento. Y aún así por fin me he animado a ver uno de los mayores destrozos de la factoría Disney, que parece no saber ponerle freno a los Live Action.
Mi opinión sobre El rey león
¿Quién no recuerda al pequeño Simba? ¿A los entrañables Timón y Pumba? ¿La muerte de Mufasa? Sin duda, son recuerdos que están en la mente de prácticamente todas las generaciones. Y Disney sabe aprovecharse de eso para devolver a la vida esta historia que debería haberse quedado donde estaba.
En esta ocasión nos encontramos con la misma historia de toda la vida, pero en imagen real. Y ahí es donde reside el problema: ¿ha sido buena idea sacar del dibujo a todos estos personajes para crear una historia realista? Lo cierto es que no mucho.
Una cosa que no se puede negar de esta versión de El rey león es que está muy bien hecha. Los efectos son muy buenos, y realmente parece que estás en la Sabana africana… Pero ahí está el problema… ¿Es eso realmente lo que queremos ver después de tener en nuestra cabeza esos adorables personajes de animación?
Lo peor es que la expresividad brilla muchas veces por su ausencia. Los personajes son inexpresivos, cogiendo el tono del resto de películas que se atreven a hacer que los animales realistas hablen.
Y ahí es cuando viene el verdadero horror: el momento en el que abren sus bocas para ponerse a cantar. Ahí es cuando te das cuenta de que estás viendo algo que es un tanto cringe, porque te devuelve a tu más tierna infancia y a la vez hace que la repudies.
Por si esto fuera poco, nos encontramos maravillosos momentos como la canción de «Es la noche del amor» cantada en pleno día, o el momento de obviar uno de los mejores momentos Disney, que son Timón y Pumba cantando la canción de las chuletas.
Todo esto hace que, mientras la original queda en el Baúl de los Recuerdos, esta pase al Baúl de los Horrores que quieres olvidar nada más verla.
Lo único que se salva es el final. La lucha entre leonas y hienas está hecha maravillosamente, y se nota que hay un estupendo equipo humano detrás de El rey león.
Curiosamente, la película mejora con el final. Mientras que al principio es bastante floja – y eso que estamos hablando de una película que es prácticamente igual a la original -, en el final pone toda la carne en el asador para darnos una lucha espectacular que sitúe a Simba como el verdadero rey de la Sabana.
Cuando veo cómo se llevó al cine El libro de la Selva, que me gustó bastante, me sorprende que luego podamos encontrarnos cosas como esta. Es como que sabes que hay un error en todo El rey león pero no sabes decir muy bien cómo se podría haber mejorado.
Una cosa han conseguido: después de esto quiero volver a ver la original. Por lo menos para cantar las canciones sin que me de cierto repelús.