
Los primeros capítulos de esta serie me gustaron bastante, por lo que tenía muchas ganas de ver la temporada 2 de Feel Good. ¿Cómo continuaría esta historia LGTB+ llevada a la pantalla por Netflix, con una cómica canadiense altamente conocida para conseguirlo?
Pues lo cierto es que esta segunda parte me ha defraudado bastante. Perdida la frescura de la primera temporada, esta busca un tono distinto para seguir profundizando en la vida de Mae y en su relación con George.
Mi opinión sobre la temporada 2 de Feel Good
En esta ocasión todo empieza con Mae volviendo a rehabilitación tras los sucesos de la primera temporada, donde recordábamos que no había acabado del todo bien con George.
Pero el problema de la temporada 2 de Feel Good es que todo ocurre con demasiada rapidez para que coja peso otro tema que al principio no parecía ser lo que se iba a cuajar.
Y por esa necesidad del guión la rehabilitación queda a un lado, y también lo hace la relación con George. Todos recordábamos lo tóxica y tormentosa que era, pero aquí de golpe parece que las dos dejan de ser conscientes – por mucho que siga siendo notable -.
Todo esto es para cambiar el giro de la trama y centrarnos en el pasado de Mae. Y, aunque esta parte es importante y todo lo que vemos en la serie ayuda a visibilizar ciertos temas como pueden ser traumas o qué es el género fluido, lo cierto es que el cambio es tan abrupto en el tono que destaca demasiado.
Pero lo que menos me ha gustado de la temporada 2 de Feel Good es la relación entre Mae y George. La serie apoya toda la trama en una relación tóxica que cojea por todas partes y que, sinceramente, debería de terminarse.
En la primera parte por lo menos se hacía hincapié en este tema, pero aquí en cambio vemos que intentan «suavizar» esta relación y ambas partes siguen intentándolo, como si se hubiesen acostumbrado en exceso a ser una relación rota.
¿Hasta qué punto una relación tóxica puede arreglarse? Eso es lo que podemos plantearnos al ver la temporada 2 de Feel Good.
Aun así, dejando esto a un lado, sí es cierto que estos nuevos capítulos también dan voz y visibilidad a muchos temas. A través de ese humor tan propio de la serie, junto con la mezcla dramática, estos nuevos capítulos hablan de muchos temas que en muchas ocasiones no se ven reflejados en la pantalla.
Muchos de ellos son muy duros, otros son temas de los que es necesario hablar, pero lo que muestra todo esto es que Feel Good no es solo una serie de humor, sino que también tiene una parte muy social.
Supongo que, en el fondo, lo que no me gusta es que sigan empeñados en ese primer amor, aunque entiendo que también tienen sus motivos para hacerlo.
Lo importante, al fin y al cabo, es ver cómo las dos protagonistas evolucionan y se van adaptando para ser su mejor versión, cueste lo que cueste.