Me encanta descubrir series sorprendentes de casualidad. Empecé a ver Feel Good sin muchas pretensiones, pero tengo que admitir que me ha sorprendido para bien. No me esperaba que me fuese a gustar tanto, pero lo cierto es que lo ha hecho.
Mi opinión sobre Feel Good
Feel Good nos habla de la relación un tanto tormentosa de Mae (Mae Martin) y George (Charlotte Ritchie). Mae está superando su adicción a las drogas, mientras que George vive sin atreverse a confesar a todo su círculo de amistades y familiares que su nueva relación es con una mujer.
En los seis capítulos que tiene la primera temporada vemos cómo ambas se enfrentan a cada situación, siempre en una línea muy fina entre la comedia y el drama.
En muchos aspectos Feel Good me ha recordado a Dead to me. Aunque la trama no es para nada parecida, sí tienen algo en común: el uso del humor para hablar de algo dramático.
Aunque en este caso es una relación tóxica y no la pérdida de un ser querido, podemos notar similitudes en ese tono mordaz pero a la vez sencillo de contar las cosas.
Feel Good me ha sacado una sonrisa en muchas ocasiones, y es que el humor que usa es peculiar pero consigue engancharte por completo.
Otro punto a favor de esta serie es lo realista que es. Plasma cómo es una relación, con sus más y sus menos, sacando a la luz los trapos sucios de cada una pero sin ensañarse con ellos realmente.
A pesar de que vemos a ambas hacer cosas mal, tampoco se inclina la balanza hacia un lado o hacia otro. Al final son humanas, y como tal cometen sus errores y sus aciertos.
En solo seis capítulos la serie consigue mostrarnos personajes muy entrañables y con una gran profundidad. No son planos, sino que tienen muchas capas que vamos conociendo poco a poco a lo largo de cada capítulo.
Incluso los personajes secundarios, sobre todo aquellos que acuden a la reunión con Mae, tienen personalidades bien definidas pero que presentan las mismas capas de profundidad que vemos en la pareja protagonista.
Sin duda Feel Good es una serie bien construida en la que se nota que han puesto mucho mimo para sacarla adelante. Con capítulos de unos veinte minutos es capaz de contarnos una historia de amor, y hacer que adquiera matices muy únicos que hacen de la relación muy real, con la que todo el mundo puede identificarse.
Quizás ahí precisamente está la clave de la serie: contarnos una historia que puede pecar muy pocas veces de surrealista donde gran parte de lo que está sucediendo es real como la vida misma.
Me encanta las series que saben sacar la comedia de las partes más oscuras de la vida humana, y sin duda esta es capaz de hacerlo. Sin duda, un «bollodrama» que sí merece la pena ver y que recomiendo ampliamente.
Es la mezcla perfecta para hacernos pasar una buena tarde – porque en unas horas puedes acabártela- acompañando a esta pareja en sus aventuras y desventuras amorosas.
¿Qué opinas tú de Feel Good?
