
Mi experiencia con Hook ha nacido desde la completa casualidad, lo ví en la Nintendo EShop por un euro, vi que las capturas que proponía eran estéticamente agradables y dije qué demonios. No sabéis cuánto me alegro. Hook, de Rainbow Train, ha sido una gran experiencia a través de sus 50 preciosos e intuitivos niveles.
Análisis de Hook de Rainbow Train
El tráiler de 35 segundos explica muy eficientemente el objetivo principal de Hook: despejar el tablero recogiendo las diferentes líneas que están conectadas al circuito, sin permitir que se atasquen entre ellas.
Interactuamos con botones y bifurcaciones, decidiedo qué circuito permitir y, en ciertos casos, cuáles bloquear para que una a una vayan despareciendo los elementos del puzzle. La imaginería minimalista bebe del dibujo técnico y la ingeniería eléctrica de forma muy elegante. Toda la información se te muestra con un sólo golpe de vista te plantea una simple incógnita a la que tienes que buscar el sentido.
La mecánica del cerebro
La resolución gráfica a la unidad mínima irreducible es algo que en todos los medios llega a buscarse, y Hook no será el primero ni el último título que lo intente y lo consiga, pero sin duda el inteligente diseño de Maciej Targoni, con la ayuda de Wasiak Wojciech en el apartado auditivo, crea una experiencia no sólo intelectual, sino también sensorial.
Cada línea y círculo tienen una función mecánica, pero también estética. Y esta cohesión es quizás lo que más atrapa desde el primer nivel.
Porque los puzzles de Hook no son extremadamente complicados, de hecho simplemente piden un poco de orientación visual y paciencia, sin embargo es un juego muy inteligente sobre cómo consigue explicar sus reglas sin la necesidad de un menú, un tutorial o un texto previo. Una vez más sois sólo tú y el puzzle, y el diseño del juego se asegura, de forma magistral, de que de verdad eso sea todo lo que necesites.
Leyendo más alla de lo que vemos
Quizás Hook pretenda ser un simple puzzle minimalista, pero no puedo evitar conectar el concepto del rompecabezas con la idea del circuito. Es el mismo concepto de la máquina humana y de las pequeñas señales eléctricas de nuestras neuronas, enviando diferentes mensajes al campo del cerebro que corresponda.
Está claro que mi interpretación es exagerada, pero el juego, que no plantea un interfaz, un menú, sólo tú y una representación minimalista, se presta muy bien a que lo interpretemos como si se tratara de una pintura suprematista.
No estoy acostumbrado a un videojuego que me permita dejar el mando a un lado y que me permita poner las los dedos en la barbilla y murmurar todas las decisiones que puedo tomar. Es un estado de concentración y de inmersión que no esperaba de un juego tan simple, pero que agradezco profundamente. Las conexiones realizadas en el tablero nacen de las conexiones que realizas en tu cabeza, y los momentos de eureka! son increíblemente satisfactorios.
Conclusiones sobre Hook
Ordenar los pensamientos para despejar las ideas se translada visualmente en esta representación mecánica de la mente. Hook es una experiencia que engancha, pero de la forma más beneficiosa posible. El trabajo de los Polacos Rainbow Train suele trabajar el estilo minimalista y dentro de las limitaciones de lo indie consiguen algo conciso, impactante y al mismo tiempo relajante.
Si por otro lado te interesa una experiencia sensorial en el videojuego basada en la sinestesia, el horror vacui y el ritmo del corazón, no puedes perderte los juegos de Tetsuya Mirtsuguchi, como Rez y Child of Eden.
Hook, publicado ya en 2015, se encuentra a un precio simbólico en iOS, Android, Windows Phone Steam y Nintendo Switch. No os lo puedo recomendar más vehemente. Con la experiencia tan positiva que he sacado de este juego, voy a saltar de cabeza a Naboki, su título de puzzles más reciente.
¡Espero que os haya gustado el texto! Podéis encontrarme en Twitch tomando notas de juegos o en Twitter.