
Tengo que admitir que, cuando empecé a ver Jóvenes y brujas, me esperaba una típica película adolescente que empezase suave, centrándose mucho en el estilo de las protagonistas, para acabar desencadenando una masacre llena de sangre y asesinatos.
¿La realidad? La película es mucho más suave de lo que parece, por mucho que aparezca en la sección de terror de Netflix.
Tan suave es, que ya desde aquí digo que es perfecta si quieres ver algo de Halloween que sea suave y no contenga nada excesivo de las fechas ni terrorífico, pero que tenga cierta esencia del Halloween adorable que también gusta para estas fechas.
Dicho esto, ¿de qué va Jóvenes y brujas y qué podemos esperar de un film como este? De eso vamos a hablar precisamente en este artículo.
Mi opinión sobre Jóvenes y brujas
Jóvenes y brujas nos habla de un aquelarre adolescente donde les falta una bruja más para desarrollar su poder. Cuando llega la chica nueva al instituto, sabrán prácticamente de inmediato que es la cuarta integrante que necesitan para que el poder de su aquelarre se desarrolle por completo.
Será de esa forma cuando las cuatro chicas empiecen a investigar con sus poderes, intentando averiguar hasta dónde son capaces de llegar y qué son capaces de hacer. Por tanto, el film juega todo el rato con lo mismo: ¿se les irá de las manos sus poderes?
Y tú, durante todo el film, te esperas que lo hagan. Que en algún momento se tengan que poner freno, porque si no la lían parda. Pero hay algo con lo que no contamos…
Y es que también hay un grupo de hombres que, en vez de estudiar la energía femenina y su magia, se centran en la masculina. El «no llores», el «sé un hombre», es donde reside su fuerza y lo que hace que sean fuertes.
Por tanto, Jóvenes y brujas no es una película sobre un grupo adolescente que se les va de las manos eso de tener poderes, que es lo que podríamos esperar que es, sino que es un film donde se muestra una lucha entre la energía masculina y la femenina.
Ese aquelarre adolescente muestra a las mujeres reprimidas frente al patriarcado, frente a ese «grupo de magia masculina» que, por supuesto, también reprime a los hombres que no cumplen las expectativas que según ellos debe de ser un hombre.
Todo esto hace que la premisa de Jóvenes y brujas se vuelva bastante interesante mediante esta metáfora, a pesar de que admito que eché en falta lo que iba buscando: un grupito de brujas con poderes que la lían parda.
Aun así, Jóvenes y brujas me parece una buena opción como film para ver este Halloween. Es una película entretenida, que sobre todo gana por su estilo y por el hecho de meternos de lleno en un mundo sutil, mágico y lleno de energía femenina que lucha contra lo que no les parece correcto a toque de hechizos y magia.
Ahora yo también quiero mi propio aquelarre para hacer estas cosas.