
¿Qué pasa cuando eres malo durante todo el año y pierdes la fe en la Navidad? Pues que viene Krampus a hacerte pasar una noche de miedo y arrastrarte al infierno. Con esta premisa empieza una película que usa la Navidad como el momento perfecto para dar una vuelta a los clichés y contarnos una historia de lo más particular: Krampus, maldita navidad.
Análisis de Krampus, maldita navidad
Max (Emjay Anthony) es un niño que todavía cree en Santa Claus y en la esperanza de la Navidad, por mucho que el resto de su familia se empeñe en arruinarle estos momentos de felicidad. Cuando por fin lo consiguen y Max destroza su carta a Santa Claus, lo que no sabe es que ha conseguido invocar a su sombra Krampus.
Al contrario que Santa Claus, Krampus aprovecha la noche «más feliz del año» para aterrar a las personas que ya no creen en la Navidad; todo esto con la ayuda de sus pequeños secuaces navideños: galletitas de jengibre, juguetes diabólicos y elfos nada parecidos a los que conocemos.
De esta forma se desarrolla Krampus, maldita navidad, una historia que aunque se describe como terror tilda más de humor negro y ácido para contar una historia que se pasa amena y es del todo entretenida.
Krampus, maldita Navidad destaca precisamente en su forma de hacer humor – eso que de alguna forma han tildado de terror, por mucho que realmente no sea una historia que de miedo -. Desde el principio se nota a dónde va dirigida la película, a dónde quiere llegar, usando los clichés de la navidad y combinándolos con el tono más Grinch para crear una mezcla de lo más acertada.
Ver a elfos, galletas de jengibre y demás compañeros navideños convertirse en sombras malvadas que están ahí para estropear la navidad es toda una delicia, y es normal que si esperamos una historia de terror al uso nos defraudemos al ver esto. Porque no es terror, es una comedia muy muy ácida que hace que nos fijemos en muchas de las tonterías que hacemos por estas fechas.
El director Michael Dougherty se atreve a poner reglas a la navidad, y nos cuenta qué pasa cuando las incumplimos. Lo mejor de todo es que incluso deja el final abierto, haciendo que te plantees seriamente lo que acabas de ver. Sin duda, cuantas más vueltas das a Krampus, maldita navidad más cuenta te das de todo lo bueno que tiene si sabes apreciarlo.
Además, todo esto se acompaña de una banda sonora que sabe darle un toque tétrico a la típica música navideña, haciendo que en todo momento no se deje de lado lo que quiere contar una historia como esta.
Sin duda Krampus, maldita navidad ha sido toda una sorpresa que recomiendo ampliamente, aún sabiendo que serán también muchos sus detractores. No es una película navideña al uso, pero precisamente ahí es donde reside su encanto.
Film perfecto para los más Grinch de la familia que quieran verse algo un poco más navideño, pero que tampoco lo sea en exceso.
Bien