No entiendo cómo La crónica francesa se ha tenido tan poco en cuenta en los Óscar y en cambio Licorice Pizza sí ha estado más en boca de todos. Qué queréis que os diga… fui a verla sin expectativas y sin saber de qué iba y me ha defraudado un poco.
Así, como resumen, esto es lo que podría decir sobre este film. Aun así, sería injusto porque lo cierto es que tiene partes positivas e interesantes, y en general me ha gustado la forma en la que está grabada.
Mi opinión sobre Licorice Pizza
Licorice Pizza nos cuenta la relación entre un chaval de quince años y una joven de veinticinco. «Acabo de conocer a la chica con la que un día me voy a casar», dice el protagonista después de verla, y así es como empieza esta historia que nos lleva por el paso de los años de ambos.
Dejando a un lado lo turbio que es un romance entre una persona de quince años y otra de veinticinco, y el hecho de que ésta se relacione en el ambiente del chico como si no hubiese nada extraño en ello, la película gana por un factor principal que, en mi opinión, es lo que más llama la atención de la misma.
Licorice Pizza está contada como si todo fueran sketches sueltos. No hay una línea argumental muy definida, sino que todo va pasando y nos damos cuenta del paso del tiempo porque los personajes, de una forma u otra, van evolucionando.
A todo esto se le añade que el film nos lleva al pasado, a esas viejas glorias de Hollywood que tanto gusta alabar en los Óscar – no soy muy fan de que casi siempre haya un film en los Óscar que precisamente haga eso: hablar de la época dorada del cine americano -.
Dicho esto, lo cierto es que Licorice Pizza tiene momentos bastante buenos. El problema es que empieza muy fuerte y luego se acaba desinflando. Llegado cierto punto de la película, pierde toda la fantasía que se había creado anteriormente, rompiendo esa idea de que todo da igual a pesar de vivir en un mundo de mierda.
Pero, como decía, el film se desinfla y a partir de ahí va cuesta abajo y sin frenos hasta un final insulso que, personalmente, me esperaba mucho mejor.
Todo esto sin poder obviar por supuesto la diferencia de edad entre los protagonistas. No se muy bien qué se esperaba con algo así, pero no se me quita de la cabeza pensar que si fuera al revés – una chica de quince años y un chico de veinticinco -, así como un adolescente menos avanzado para su edad, la sensación general del film no sería para nada la misma.
En resumen: no me esperaba nada de Licorice Pizza porque no sabía de lo que iba, pero personalmente no me ha gustado. Tiene puntos buenos y está muy bien grabada, pero todo se queda ahí sin ser mucho más.
De películas hechas a partir de sketches, me sigo quedando sin duda con La crónica francesa.
