
Aunque no es que me considere excesivamente religiosa, cuando ves que una película como Los dos Papas se ha posicionado también en los Óscar te pica la curiosidad. Y es así como acabas tragándote una historia que causa sentimientos encontrados.
¿Cómo fue la relación entre Benedicto XVI y Francisco? Ese Papa que rechazó ser Papa, y ese Papa que se volvió Papa sin quererlo; tan dispares, pero a la vez con tantas similitudes… Eso es lo que plantea Los dos Papas, una historia que nos devuelve a ese momento donde Benedicto XVI estaba a punto de dimitir y hablaba con un joven cardenal de lo más polémico.
Mi opinión sobre Los dos Papas
Mi problema con este tipo de historias no es tanto que hablen de religión como que el ritmo sea siempre el mismo. Las películas de santos, Papas y demás tienen una especie de ritmo que las identifica: lento, pausado, un estilo que hace que en unos minutos sepas que estás frente a una historia religiosa.
Y a mí eso me pone muy nerviosa. Porque todavía espero encontrarme con una película religiosa que tenga un ritmo distinto al resto que haga que destaque y no te quieras echar una siesta, como ocurre con la mayoría.
Y aún así Los dos Papas tiene algo que destaca notablemente sobre el resto: las espectaculares actuaciones de Anthony Hopkins como Benedicto XVI y de Jonathan Pryce como Francisco. Sin duda esto es lo mejor de toda la película, y lo que hace que te enganches un poco.
Además, están tan bien caracterizados que es de lo más creíble. Es ver frente a frente a ambos Papas, sin ninguna duda, lo que demuestra que la elección del elenco ha sido de lo más acertada.
Otro punto a favor de Los dos Papas es cómo se atreven a tocar la controversia con la Iglesia, aunque aquí hay dos cosas que toca de una forma un tanto peculiar: mientras que a Benedicto XVI lo pintan casi como un mal papa, realmente el film no se atreve a meterse en todas las controversias que vivió por esos años la Iglesia.
Toca esos temas de puntillas, dejándonos con muchas dudas a los que desconocemos las rencillas del Vaticano; pero lo que sí hace es dejar un poso de que algo se hizo mal.
Y es una pena, porque me hubiese gustado que el film se atreviese un poco más abiertamente a hablar de lo que llevó a la dimisión de Benedicto XVI, en vez de adular tanto a Francisco.
Aún así, algo que hace bien la película es desmitificar las figuras de los Papas. Los plasma como las personas que son: con errores más o menos graves, comiendo pizza, gritando «GOOOL» y tomando cerveza. Y eso es algo que se agradece en una película de este estilo.
En general Los dos Papas es una película interesante de ver que aburre en varias partes y entretiene en otras. No a todo el mundo le gustará, pero por lo menos intenta aportar otro punto de vista y destaca por sus actuaciones.