Hay películas que sabes que sólo vas a ver porque con ellas puedes mejorar un idioma. Ese es el caso de Modo avión, una película brasileña que puede verse en Netflix y que, lejos de ser una buena película, ha entrado en la plataforma para formar parte de todas esas «películas potito» que sólo ayudan a desconectar y dormirte por el camino.
Mi opinión sobre Modo avión
Modo avión nos pone en la piel de Ána (Larissa Manoela), una influencer que no puede vivir apartada de su teléfono móvil y cuya vida está controlada por completo por la compañía de moda que usa su influencia para vender sus productos.
Después de sufrir un accidente de coche, Ana tendrá que irse al pueblo con su abuelo, alejada de su mundo de famoseo y de su teléfono móvil. De esta forma comenzará un viaje para encontrarse a sí misma y volver a sentirse ella, alejada de una herramienta y de un mundo que le estaba quitando las mejores experiencias de su vida.
Con esta premisa empieza Modo avión, una película que cuanto más avanza más se parece a Hannah Montana: La película. Aunque en esta ocasión no hay canciones country para que por lo menos no nos durmamos, más o menos es la misma trama: chica famosa que tiene que irse al pueblo y aprender a convivir en un lugar donde nadie la reconoce… Sin contar que por el camino también se enamora y que, al final de todo, decidirá ser ella misma y quitarse la careta.
Lo que digo, Hannah Montana pero en versión influencer y con mucha menos gracia que su antecesora. Aquí faltan bailecitos para hacer que por lo menos podamos soportar un poco el carácter de la protagonista y todas sus estupideces.
Porque en Modo avión Ana, la protagonista de toda esta historia, es un personaje insoportable. Es esperpéntico todo lo que hacen con su personalidad, convirtiéndola en algo increíble e insoportable que pone verdaderamente nerviosa desde el minuto uno con sus gilipolleces. Incluso su adicción al móvil parece insignificante si lo comparamos con el resto de cosas que hace por el camino.
Que sí, que al final cambia un poco… Pero eso no quita que estamos ante un personaje que es un tostón aguantar, lo que hace aún más imposible tragarse la hora y media de drama por no tener móvil.
Yo no sé qué pretendía Modo avión con esta película. ¿Criticar el mundo del marketing de influencers? ¿Hablar de la conexión a las redes sociales? ¿Hacer que desmitifiquemos a los ídolos de las redes? Su objetivo no está claro, lo que sí puede decirse es que no lo consigue.
Todo está tan exagerado, y en tales extremos, que al final te cuesta conectar con la historia y con todos sus personajes. Sinceramente, Hannah Montana: La película estaba mejor construida y por lo menos te deja canciones para el recuerdo.
Quién sabe, si hacemos caso al nombre, quizás al final Modo avión sí consigue su objetivo; por lo menos si este es desconectar de todo lo online y apartar la vista de la pantalla.
Me gusta la película