
Night in the Woods es una novela gráfica planteada como un juego de plataformas diseñada por Infinite Fall (IF). Está protagonizada por Mae Borowski, una veinteañera que regresa a su pueblo natal, Possum Springs.
Después de abandonar los estudios universitarios sin motivo aparente, Mae se asienta de nuevo en casa de sus padres e intenta retomar su vida anterior mientras observa, al reencontrarse con antiguas amistades, cómo el paso del tiempo ha cambiado tanto el pueblo de su niñez como a sus habitantes.
El juego se centra en Mae y su relación con Possum Springs, profundiza no sólo en los gratos recuerdos que guarda de él, sino también en los momentos no tan buenos de un pasado que Mae pretendió dejar atrás al marcharse, pero que ahora debe enfrentar cara a cara.
Esta premisa es la realidad que viven muchos otros jóvenes quienes, ya sea durante o tras terminar sus estudios superiores, no tienen otra opción más que “regresar al nido”, chocando con la idea de madurez que se tiene de uno mismo. Y Mae Borowski no es la excepción. De hecho, se convierte en un claro ejemplo de cómo estas contradicciones propias de la edad marcan la forma en la que se interactúa con el mundo.
Análisis completo sobre Night in the woods
Una vez en Possum Springs, el juego presenta a los que serán los compañeros de Mae durante el juego. Estos son amigos cercanos de la protagonista que siguieron con su vida en el pueblo tras la partida de esta.
Todos, al contrario que Mae, tienen algo en común: trabajo y el deseo marcharse de Possum Springs lo antes posible. Gregg, el mejor amigo de Mae, y su novio Angus buscan marcharse a una ciudad más cosmopolita; mientras que Bea, que rige la empresa de ferretería y material de construcción de su padre, quiere dejar el pueblo para desligarse del negocio familiar y vivir una vida universitaria, justo la vida que Mae acaba de dejar.
Este es el tipo de tensiones vitales que plantea la primera parte de Night In The Woods. Mae, que vuelve a su pueblo natal en busca del espacio seguro en el que se desarrolló su infancia, se encuentra con un pueblo distinto.
Este cambio, además, parece a peor: no todos en Possum Springs la recuerdan con buenos ojos y, los que sí le guardan cariño, se han percatado de que el pueblo está de capa caída. Efectivamente, los empleos escasean, las empresas locales ceden ante las grandes cadenas nacionales y se está produciendo una fuga de jóvenes a otras zonas donde, al menos, exista cobertura telefónica.
Mae no puede eludir su situación y pelea por querer ser tratada como un adulto a la vez que huye de enfrentarse con un futuro incierto. Por si fuera poco, todos sus amigos parecen saber qué hacer con sus vidas en mayor o menor medida, mientras ella se levanta cada tarde simplemente para buscar algo con lo que entretenerse, chatear y jugar a The Demontower (un hack ‘n’ slash completamente jugable incluido en Night In The Woods y accesible desde el ordenador de Mae).
Night in the Woods utiliza a los amigos de Mae como recurso para definirla y como medio para mostrar la madurez (o inmadurez) de esta. Gregg, su mejor amigo, es un chico activo que trabaja en una cadena de 24H. Cuando se junta con Gregg suele ser para cometer gamberradas y todo tipo de aventuras que tengan que ver con destruir propiedad pública o privada. No obstante, este personaje presenta un papel clave en el desarrollo de Mae. Por un lado, le sirve a Mae para revivir tiempos mejores pero, por otro, Gregg le presenta un futuro inevitable: él y su pareja Angus se marcharán de Possum Springs en algún momento y Mae tendrá que enfrentarse a una cruda realidad. Aunque ambos personajes lo saben, prefieren eludir el tema lo máximo posible.
Por otro lado, se encuentra Bea, el polo opuesto a Gregg y la otra acompañante principal de Mae. Se trata de una chica seria y calmada que se vio forzada a abandonar la escuela para hacerse cargo del negocio familiar, en el que trabaja todavía. Bea no se lo piensa dos veces a la hora de criticar a Mae y hacerle ver que ella, a pesar de los problemas que la forzaron a dejar la universidad, tuvo al menos la oportunidad de estudiar y alejarse del decadente Possum Springs. Sin embargo, cuanto más entran en contacto estos personajes y se manifiestan sus fragilidades, más se comprenden mutuamente y se afianza su amistad.
Night In The Woods no sólo profundiza en las relaciones entre los diferentes personajes principales, sino que también muestra a otros habitantes de Possum Springs. Infinite Fall consigue mostrar un pueblo verosímil al dar a personajes no jugables cierto tipo de rutinas según el día. Todos tienen, de alguna manera, un desarrollo a lo largo del juego independientemente de si está Mae con ellos.
Por todo esto, es inevitable jugar más de una vez para poder explorar todas las opciones ya que cada partida te obliga a tomar decisiones, enfatizando así la carrera de Mae contra el tiempo. El hecho de tener que revisitar los mismos lugares una y otra vez cada día y darse cuenta de los pequeños cambios que ocurren en ellos, ofrece a Possum Springs un nivel de realidad complejo, sin ser demasiado exigente en recursos técnicos.
Tanto los personajes como el pueblo de Possum Springs en Night In The Woods llevan un claro mensaje de un gran cambio generacional, de abandonar el pasado y afrontar la madurez aunque esta implique un futuro incierto y probablemente doloroso. Este encontronazo con la realidad es inevitable y está en la mano de cada personaje hacer leña del árbol caído lo mejor que puedan.
Aunque en un primer momento pueda parecer que el argumento de Night In The Woods se centre únicamente en la historia de madurez de Mae, tristemente, no es así. El juego está dividido aproximadamente en cuatro actos, de los cuales los dos primeros se centran en Mae y donde en los últimos dos la trama se tuerce rápidamente hacia un drama de misterio con elementos sobrenaturales. Aunque es cierto que estos elementos pueden ser relacionados con la situación mental y social de la protagonista, la coherencia general de la historia se hubiera visto beneficiada de mantener el mismo tono durante la misma.
A pesar de que el juego da pistas al jugador sobre esta trama oculta en los primeros dos actos, sólo resultan claros en retrospectiva, y se echa en falta el encanto que la parte más slice of life que Night In The Woods plantea en los primeros dos actos. Este cambio brusco también afecta drásticamente a la representación de las enfermedades mentales que sufre Mae, perjudicándola al ensalzarse con este plot sobrenatural, echando a perder un final en el que estas se normalizan. Por todo lo anterior, este giro argumental quizás no haya sido del gusto de todos los usuarios, como indican la mayoría de reseñas.
En resumidas cuentas, Night In The Woods plantea una historia de madurez única y muy relevante hoy en día. El apartado artístico, tanto en la dirección de arte como en los diálogos, junto a las mecánicas del juego son fantásticos y no hacen otra cosa que mejorar la experiencia.
El juego consigue muy bien que el jugador empatice con Mae pero que no vea todas sus decisiones con buenos ojos. Sin embargo, un cambio drástico entre la atmósfera de los primeros dos actos y al tercero pueden disgustar al jugador. A pesar de eso, Night In The Woods sigue siendo una experiencia sólida y muy recomendable.