
Ni os imagináis las ganas que tenía de ver Detective Pikachu. Como amante de Pokemon que no niega haber llorado con la mayoría de películas de Pokemon que se han hecho, mi hype estaba por las nubes.
¿Se han cumplido mis expectativas? A medias. No puedo evitar verla con cariño, como ese primer Live Action de Pokemon que además se ha atrevido a ser original y salirse de lo preestablecido pero, siendo sincera… me sigo quedando con esa escena de Pokemon con Mew y Mewtwo luchando, con Ash petrificado y Pikachu llorando mientras sonaba la canción de «Brother, My Brother».
¿Merece la pena ver Detective Pikachu?
Pero no os equivoquéis, porque he disfrutado mucho con Detective Pikachu. Quizás el problema es que esperaba más, pero eso no significa que sea una mala adaptación como tal.
Los Pokemon en Live Action resultan creíbles, y se nota que hay mucho mimo y trabajo detrás de ello, pero lo que está claro que ha sido un acierto es la personalidad que le han dado al Pikachu de esta historia, con la característica voz de Ryan Reynolds.
En Pikachu recaen la mayor parte de gags y chistes de la trama, en comparación del protagonista humano, Tim (Justice Smith). Y es que Pikachu consigue comerse la pantalla con sus litros y litros de café, e incluso que lo tomemos en serio cuando suelta frases como «con esto para no creer en el cambio climático».
Se nota que han adaptado la historia de Pokemon a los nuevos tiempos, aunque con el tráiler te esperas una historia incluso más adulta y al final no lo es tanto, se queda como a medias. Realmente era algo inevitable, ya que es una historia que va dirigida tanto a adultos como a niños.
Eso sí, hace ya bastantes días que la vi y aún así siguen circulando por mi cabeza un millón de preguntas sobre la trama y la historia. Detective Pikachu nos pone en perspectiva otra forma de ver Pokemon: un mundo donde se están dejando de lado las batallas Pokemon para dar paso a una nueva forma de convivir con lellos.
Es algo curioso si lo piensas, porque la esencia de Pokemon siempre han sido las batallas, el convertirte en un Maestro Pokemon que los capture a todos. Y aun así Detective Pikachu ha sabido salirse por la tangente y mostrarnos algo que en el fondo todos sabíamos: que si los Pokemon existiesen en la vida real no veríamos con tan buenos ojos hacerles luchar hasta la extenuación.
Aun así no hay que negar que la película peca en algunos momentos de previsible, con personajes planos – a excepción curiosamente de los Pokemon – y algunas incongruencias y situaciones que pasan tan rápido que no te da tiempo a asimilar la explicación que te dan.
Pero yo me quedo con que han sabido plasmar muy bien lo que es el anime de Pokemon. Una historia que, dejando a un lado las batallas, tenía un profundo sentido ecologista.
Y por eso había capítulos que nos destrozaban por dentro viendo cómo se destruían y reconstruían hábitats enteros, y películas de animación que nos hacían llorar porque sabían transmitir mensajes mucho más profundos de lo que puede parecer a simple vista.
Detective Pikachu ha captado todo esto y, aunque con sus fallos, ha sabido dejarnos ese regusto a infancia que nos transmitieron los primeros capítulos de la serie.
¡De verdad me muero de ganas de verla!
¡Seguro que te gusta!