
Es una pena cuando una serie de calidad acaba siendo cancelada, y más cuando estaba dando sus primeros pinitos como serie y todavía quedaba tanto por explotar. La temporada 3 de Santa Clarita Diet ha sabido mantener la serie y hacer un final que, aunque deja muchas incógnitas tras su cancelación, no es un mal final.
Análisis de la tercera temporada de Santa Clarita Diet
En esta temporada el mundo de Santa Clarita Diet se estaba expandiendo. Sheila (Drew Barrymore) ya no estaba sola, empezaba a tener una gran y dispar familia compuesta de muertos vivientes, creyentes ultra religiosos e incluso una hermandad en las sombras que se encarga de mantener el mundo de los vivos a salvo.
Con esta premisa, está claro que la serie podía haber dado para varias temporadas más. Pero aunque se haya quedado demasiado abierto, la temporada 3 de Santa Clarita Diet ha sabido mantener muy bien el ritmo con estos últimos diez capítulos.
El peso de la serie sigue recayendo en la relación de Sheila y Joel (Timothy Olyphant), una pareja a la que es inevitable pillar muchísimo cariño. Aunque la serie vaya sobre zombies, su relación es tan humana y muestra tan bien el amor que se tienen que sin duda se han convertido en una de mis parejas favoritas de la televisión.
Pero en esta temporada también ha habido muchos más personajes que han ido cogiendo más y más fuerza, incluso los secundarios que pasaban desapercibidos. Es más, incluso a Bola con patas se le empieza a coger un cariño especial, a pesar de que no deja de ser una bola con patas.
Sin duda esta temporada se ha centrado sobre todo en todas esas relaciones interpersonales que acaban creando una familia tan peculiar y cada vez más grande. Y eso queda claro en el último capítulo, cuando puede verse cómo se vuelcan sus seres queridos en ayudar a Sheila cuando pasa por uno de sus peores momentos como muerta viviente.
Estas evoluciones en las relaciones entre los personajes se nota en todos ellos. Incluso Abby (Liv Hewson), la hija de Sheila y Joel, ha evolucionado y aprende cada vez más a gestionar sus emociones y a estrechar lazos tanto con sus peculiares padres como con su amigo Eric (Skyler Gisondo).
Y es curioso poner en perspectiva las dos relaciones románticas de la serie. Por un lado la relación madura de Sheila y Joel, formada tras años juntos y que se mantiene unida contra viento y marea, y por otro lado la de Abby y Eric, formada de inseguridades y de no saber asimilar muy bien qué se siente realmente hacia la otra persona, así como el miedo de poder hacerla daño con esos miedos.
La temporada 3 de Santa Clarita Diet ha tenido tiempo de mostrarnos las nuevas inquietudes de sus personajes, pero sin dejar de lado su característico humor y las aventuras diarias que tienen que vivir sus personajes.
Y es una verdadera pena no poder disfrutar más de las locas aventuras que ocurrían en Santa Clarita. En el recuerdo quedan hermandades secretas, luchar contra nazis y machistas, ver cómo el FBI se mete de por medio por estar en contra del fraking y, lo más importante, mostrarnos cómo a veces quienes están más muertos parecen los más vivos.