Tengo que decir que no tenía ni idea de la existencia de la serie de Cardo pero que sin duda me alegro de que se haya cruzado en mi camino. Esta primera temporada la he disfrutado por completo y, aunque empecé a verla sin expectativas, acabé devorando la serie en un día.
Y es que la mezcla de una historia un poco quinqui con la realización tan cuidada que tiene – de lo mejor de toda la serie – hace que nos encontremos ante una de las mejores series españolas que he visto últimamente.
Mi opinión sobre la serie de Cardo
La serie de Cardo nos pone en la piel de Marta, una chica que está en un momento de bajón de su vida donde vuelve al barrio para trabajar en una floristería mientras ve cómo su mundo se desmorona sin saber muy bien qué hacer.
Este vacío existencial lo llena a base de alcohol y, sobre todo, mucha cocaína. Todo esto lleva a que un día tenga un accidente llevando de copiloto a una persona que iba con ella en la moto… Y así es como empieza toda esta historia.
Porque realmente la serie de Cardo se centra mucho en esto, en cómo actúa la protagonista tras una situación que puede acabar por denuncia por homicidio imprudente si el copiloto no despierta en el hospital.
En todos los capítulos vemos la angustia, y todo lo que hace para no afrontar la realidad que la rodea. Porque Marta es un antihéroe, un personaje tremendamente desestructurado que, incluso en las situaciones más complicadas, es incapaz de tomar las riendas de su vida.
Y nosotros los espectadores la acompañamos en todo este proceso, en todo ese barullo mental que tiene ella sola ante una situación tan agobiante como la que vive. Y, a pesar de todo esto y de saber que casi todas sus acciones están mal, la serie de Cardo hace que empaticemos terriblemente con la protagonista.
Esto, acompañado con que es una serie muy cortita de solo seis capítulos de una media hora cada uno, hace que te tragues toda la historia del tirón solo por ver cómo continúa. ¿Tomará Marta las riendas de su vida? Esa es la pregunta que circula en toda la temporada.
La serie de Cardo se acompaña de una realización muy cuidada, que combina muy bien todos los elementos para darnos un tono un poco quinqui pero a la vez muy castizo.
Desde la camiseta de El niño hasta todos los momentos donde suena música de procesión, la serie nos mezcla lo más profundo de España con la historia de esta protagonista. Incluso hay momentos plenamente idílicos, con escenas que son salidas de un cuadro.
Todo esto hace que en conjunto la serie de Cardo sea de lo más recomendable. Me alegro de haber descubierto esta pequeña maravilla del mundo audiovisual español, tan cuidada que se nota en cada uno de los capítulos.
Ojalá continúe y podamos disfrutar más de la serie de Cardo, ya que sin duda toda esta historia se merece una segunda parte.
