Ya con su primera temporada las nuevas aventuras de esta Sabrina más oscura y satánica entraron pisando fuerte, pero la segunda temporada de Las escalofriantes aventuras de Sabrina ha roto con todas las expectativas para demostrar que incluso puede ser mejor de lo que nos esperábamos.
¿Es mejor la segunda temporada de Las escalofriantes aventuras de Sabrina que la primera?
La primera temporada nos dejó con la boca abierta, pero sin duda alguna esta segunda se ha atrevido a experimentar para contarnos una aventura con un tono oscuro que además toca a cada momento temas sociales que nos afectan en nuestro día a día, aunque no formemos parte de La Iglesia de la Noche.
Porque en esta temporada Sabrina (Kiernan Shipka) y su entorno luchan contra la misoginia y el machismo en todas sus formas, sin dejar de lado muchas otras desigualdades que están presentes en la sociedad.
De esta forma Sabrina se vuelve una especie de abanderada de las injusticias, demostrando que hay que luchar contra todo lo que nos parece mal por mucho que a veces parezca imposible que podamos hacer algo.
Y con esta premisa se enfrentan a dos frentes abiertos: por un lado a esa Iglesia de la Noche carcamal que quiere volver a los orígenes más machistas y hacer que las brujas pasen a un segundo plano – cuando ni siquiera pueden presentarse a Sacerdotisa Suprema – y por otro a los propios planes del Señor Oscuro.
Y sin duda Sabrina juega un papel especial en toda esta historia, pero tampoco debemos olvidarnos de Lilith (Michelle Gomez). Lilith (o Madame Satán) es ese papel secundario con una increíble profundidad y con una enorme cantidad de sentimientos encontrados que le hacen ser como es.
Lilith está llena de frustraciones, de sueños rotos, de ganas de romper de una vez sus cadenas y luchar contra un destino del que no puede huir. Ya notábamos todo esto en la primera temporada, pero en esta segunda se hace un viaje mucho más interno hacia las entrañas del personaje. De esta forma cuando llega el final en lo único que piensas es en que todo es justicia poética.
Si por si esto fuera poco, en la segunda temporada de Las escalofriantes aventuras de Sabrina se incluye abiertamente a un personaje trans. Ya en la primera lo dejaban intuir, aunque estaba tan abierto que incluso pensabas que podía tratarse de un personaje de género neutro – ya que además quién interpreta a Theo (Lachlan Watson) es de género neutro -.
En esta temporada la historia de Theo también entra con fuerza. Por un lado vemos la naturalidad con la que cuenta a sus amigos que su nombre es Theo y es un chico, y por otro vemos esas conversaciones y esos momentos donde tiene que dejar bien claro cómo se siente ante un mundo que no termina de aceptarlo.
Pone los pelos de punta algunas de las frases que salen de la boca de Theo en toda esta temporada. Como cuando discute con la falsa Sabrina que le dice que «puede arreglarlo» y suelta que no hay nada que arreglar porque no está roto.
Se agradece ver este tipo de cosas, ver cómo hay series que se atreven a mostrar a colectivos que antes se ignoraban y cómo les dan su propia voz.
Con esta segunda temporada Sabrina no sólo ha demostrado que es una serie interesante, llena de intriga y que engancha a más no poder, sino que también se puede hacer una serie diferente y a la vez hablar de temas sociales que afectan a todo el mundo, siendo inclusiva y abierta.
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