Sin duda una de los libros más esperados del año ha sido Los testamentos. Que más de 30 años después haya una continuación de El cuento de la criada es algo que a mi por lo menos me pilló de forma inesperada, aunque una vez lo supe ya tenía ganas de tenerlo en mis manos.
Los testamentos se aleja del tono descriptivo de El cuento de la criada, para dar esta vez a la historia un toque más directo: ya no estamos en Gilead, sino que estamos siendo partícipes de su destrucción.
Análisis del libro Los testamentos
Lo que está pasando en Gilead lo descubriremos a través de tres fuentes: Agnes, Nicole y Tía Lydia. Serán sus correspondientes relatos los que ayudarán a dar vida a esta nueva historia en el totalitarismo de Gilead.
Sin duda lo mejor de Los testamentos no es el estilo, lo que sí destacaba en El cuento de la criada sobre todo lo demás, sino que el libro nos permite introducirnos en Gilead con mucha más profundidad.
Ahora ya no veremos las cosas desde la posición de una Criada, sino que conoceremos más de cerca la vida de las Esposas y las niñas de Gilead, el trabajo de MayDay en la sombra y, lo que es más importante, qué es lo que están haciendo las Tías.
Incluso podremos ver nuevas figuras que en la primera ocasión no se nombraron, como son esas Perlas que recorren el mundo para atraer a la gente a Gilead.
Los testamentos se separa por completo de la serie de El cuento de la criada, pero es interesante ver la relación que mantiene una historia con la otra. Agnes, Nicole, Tía Lydia… Los tres nombres aparecen a menudo en la serie, aunque sus funciones son bastante distintas a las del libro.
Me pregunto cuánto bebió Margaret Atwood de la serie y viceversa para contar sus respectivas historias, y si Gilead verá su caída de la misma forma que se vive en el libro.
Sin duda me gustaría ver a las hijas de June convirtiéndose en esas mujeres guerreras que nos muestra el libro, aunque quizás esta trama da más para un spin off que para un cambio radical en la historia de El cuento de la criada.
Una cosa que sí es cierta sobre Los testamentos es que pierde cierto estilo en su prosa que destacaba ampliamente en la primera parte. Mientras que El cuento de la criada tenía un estilo muy personal e íntimo, en esta ocasión las tres formas de narrar la historia pierden cierta belleza en pos de la acción directa de esta nueva trama.
Esto no es del todo malo, pero está claro que aunque ocurren en Gilead nos encontramos ante dos historias que a nivel narrativo se cuentan de forma diferente y donde se nota ampliamente que han pasado más de treinta años y una serie de por medio.
Aun así, está claro que no iba a ser igual. Al final esta trama siempre se ha distinguido por contar la historia en primera persona, y a Margaret Atwood siempre se le ha dado bien mostrar las diferentes personalidades de una forma clara a través de su prosa.
A pesar de sus diferencias, Los testamentos es una muy buena continuación de El cuento de la criada. Satisface por completo las ganas de saber más sobre Gilead, y engancha entre sus páginas desde el minuto uno.
El no ser igual que el primero juega a su favor, haciendo que sintamos la misma intriga que la primera vez. Sin duda es una historia de lo más recomendable que no debemos perdernos si somos fans de El cuento de la criada y queremos saber de una vez cómo acaba esta historia.