Guión y narrativa: Jordi de Paco
Siempre ha existido el dicho de “una buena obra no produce respuestas, sino que genera las preguntas adecuadas”. Clichés a parte, esta es quizás la mejor parte de The Red Strings Club.
Estamos hablando de una aventura de texto basada en un futuro cibernético donde los ciudadanos mejoran su cuerpo y su mente con implantes artificiales. La trama se abre cuando una de estas súper compañías desarrolladoras de implantes planea aplicar un sistema que llevará al bienestar psicológico a toda la población, lo quiera o no.
Mientras que la trama que plantea el juego puede ser relativamente predecible -aunque no la spoilearée-, la forma en la que interactúan los personajes, sus diálogos y las decisiones que tomes para con ellos, es el apartado que más destaca. Parece que Deconstructeam ha encontrado en la relación entre el Barista Donnovan, y el Androide Ankara una forma de poner a prueba el jugador sobre su propio compás moral. Ankara preguntará cosas peliagudas al avatar del jugador, intentando no sólo conocerlo mejor, sino también que él mismo lo haga.
A parte de poner a prueba tu receptividad ante los diferentes visitantes del Red Strings, el androide también plantea diferentes situaciones en la que sólo se puede opinar, sin plantear una elección correcta o una equivocada.
Sin embargo, estas preguntas consiguen impactar mucho más que cualquier cosa que la trama pueda contar. Quizás las respuestas que plantees no puedan cambiar el resultado final de la aventura, pero pueden cambiarte a ti.
¿Qué significa para ti ser verdaderamente libre? ¿Podemos escapar de nuestro destino?
Está claro que el género cyberpunk se presta perfectamente a la hora de plantear estas preguntas, y The Red Strings Club consigue llegar donde otros títulos del medio como la saga Deus Ex se quedaron cortos y dónde otras obras como Brazil, Un Mundo Feliz o Blade Runner han acertado tanto.
No quiero seguir desvelando más sobre The Red Strings Club, sobre todo por qué quiero que lo juegues y lo comentes conmigo aquí abajo. Y si quieres preguntarme algo directamente, tienes mi Instagram, @salvadorflowers , a tu disposición.