
Todo es una mierda es una de esas series que llegaron a su fin mucho antes de lo que deberían. Su cancelación hizo que la historia se quedase a medias, que nunca llegásemos a ver cómo iban a evolucionar los personajes, pero por lo menos nos ha quedado una estupenda primera temporada para el recuerdo.
Aunque al principio me daba un poco de pereza empezarla, me ha gustado mucho ver de lo que era capaz esta serie – por mucho que se haya quedado a medias -. Por esa razón, hoy os traigo 5 razones para ver Todo es una mierda, porque sin duda merece que le den una oportunidad.
5 razones para ver Todo es una mierda
Todo es una mierda nos puede parecer la típica serie de instituto, pero lo cierto es que tiene un toque de lo más personal que aporta ternura y hace que destaque sobre el resto de series adolescentes de los últimos años.
¿Cuáles son entonces esas 5 razones para ver Todo es una mierda? ¡No te lo pierdas!
Puro estilo de los 90
A pesar de ser una serie de 2018, está ambientada por completo en los 90. No es sólo que la serie te transporte a esos años con la ambientación y el vestuario, es que se mete tan de lleno que, si no lo sabes, te crees que es una serie de la época.
Está hecha de tal forma que podría camuflarse por completo con las series de los 90, colando como una más de esos años. Ese toque «retro» es una de las cosas más características de Todo es una mierda, y de lo que más me ha gustado.
Aunque admito que al principio no terminaba de pillar el por qué se empeñaban en dar ese toque tan latente de los 90 a la serie, lo cierto es que es todo un acierto conforme te introduces más y más en el instituto de Boring, Oregón.
Si creciste viendo series adolescentes de los 90, Todo es una mierda conseguirá que te transportes de lleno a esa época.
Personajes de lo más creíbles
¿Sabes cuando ves la típica serie de adolescentes donde los protagonistas parece que tengan 30 años? Lo cierto es que lo hemos visto tantas veces que ya hasta nos parece algo normal, e incluso nos parece llamativo cuando no pasa así.
En Todo es una mierda los adolescentes parecen adolescentes, y parece mentira que esto sea algo que nos llame la atención. Un elenco bien escogido es lo que permite que la serie tenga un toque de lo más natural con el que cualquiera puede verse representado.
Todo es una mierda cuenta historias reales
No sólo es que sus personajes parezcan de lo más reales, sino que Todo es una mierda cuenta historias que también son muy verídicas. En general todo esto hace que nos encontremos con una serie que quiere plasmar la adolescencia de una manera muy realista, tierna y natural.
Sobre todo esta primera temporada se centra en Kate (Peyton Kennedy), y en cómo va descubriendo su sexualidad en una época donde sus compañeros no están precisamente muy acostumbrados a que puedan gustarte las chicas o los chicos, y que dé exactamente igual.
A lo largo de los capítulos vemos cómo va aceptando que le gustan las chicas, cómo va evolucionando y contándolo; Y todo esto está narrado de una forma tan natural, que no puedes evitar verte reflejado en muchas de las cosas que pasan.
Una pequeña muestra de cómo puedes sentirte en la adolescencia
Una de las principales razones para ver Todo es una mierda es lo bien que plasma cómo puedes sentirte en la adolescencia y en el instituto. A través de una profunda ternura e inocencia vemos cómo los personajes empiezan a crecer, y cómo cada uno lo hace a su ritmo.
En un mismo grupo de amigos cada uno está en una etapa de la adolescencia diferente, y vemos cómo se siente cada uno con esta nueva situación de una forma verídica con la que no es complicado empatizar.
Sentir que estás en el pasado
En general Todo es una mierda es una vuelta al pasado. Es una serie hecha con mucho mimo, donde se cuidan todos los detalles para crear una historia que gana precisamente por esa mezcla entre realidad y añoranza con la que te ves fácilmente representado.
Sin duda, es una pena que acabase tan pronto. Nunca sabremos en lo que podría haberse convertido, pero lo que está claro es que Todo es una mierda nos ha dejado diez capítulos que merecen la pena ver por completo.