
Lo admito: la primera vez que me enteré de que iban a hacer Toy Story 4 no me gustó la idea. ¿Para qué seguir con la historia después de lo bien que había quedado la tercera? ¿Y si esta vez no estaba a la altura de esa trama que te hacía llorar a moco tendido con su final?
Pero como fan de las películas de animación y de Pixar, luego es ver que sale una nueva película y voy directa a verla sin pensarlo. Y tengo que decir que Toy Story 4 no es para nada como me esperaba, pero sí he disfrutado mucho de ella.
¿Merece la pena Toy Story 4?
La historia esta vez nos lleva por un largo viaje donde volveremos a ver caras conocidas, conoceremos a nuevos personajes e incluso veremos cómo la imaginación de Bonnie puede crear nuevos juguetes.
Y con esta trama empieza una historia que, por algún motivo, me transmitía la misma sensación que Toy Story 2. No es que se parezcan, como si viésemos lo mismo una y otra vez (ejem, Star Wars…), pero sí sentía que esta cuarta entrega se parecía un poco a esa segunda parte donde los juguetes se iban de viajes y conocíamos los orígenes de Woody.
Esto es sólo un apunte, porque realmente el film es divertido, original y lleno de metáforas sobre la vida que te dan que pensar cuando lo analizas en profundidad. Eso sí, en esta entrega no me he emocionado tanto como en la tercera; aunque obviamente hay escenas que te llegan a la patata, esta vez Toy Story no te hace llorar a moco tendido a pesar de su final.
Lo que sí hace es conseguir que te rías, y mucho. Sobre todo lo más gracioso es Forky, ese tenedor convertido en juguete que lo único que quiere es estar en la basura. A pesar de ser un personaje que destaca a más no poder, precisamente el ser como un pulpo en un garaje es lo que hace a Forky tan adorable y te den ganas de hacerte uno para ti.
En contrapunto a Forky está una antigua cara conocida: Bo Peep. Si Forky nos hace reír, Bo nos hace pensar con su modo de ver la vida. Porque Bo ha cambiado, y mucho, convirtiéndose en una versión nueva de sí misma que gusta mucho más y que demuestra todo el potencial que tenía este personaje.
Porque aquí Bo no sólo es esa lamparita que aparece tres o cuatro veces en las películas diciendo cuatro frases, aquí adquiere un papel principal para contarnos todo lo que ha vivido en estos años y para convertirla en la clara líder de ese grupo de juguetes ‘perdidos’.
Cuando vi Toy Story 3 pensaba que sería al final, pero me pregunto si Pixar tenía ya pensada la posibilidad de continuar la historia y mostrarnos qué había ocurrido con Bo Bip. Sea como sea, me alegra mucho ver el cambio que han hecho con el personaje.
Sin duda, Toy Story 4 es una película de animación muy entretenida, con una historia llena de aventuras con la que te ríes, y mucho. No llega a la altura de la tercera y la primera, pero me ha sorprendido gratamente.