
Es muy posible que Trolls no sea un peliculón, ni mucho menos, y que además sea una película de animación que tira más hacia lo infantil que a meter chistes adultos, pero aún así siempre que la veo me transmite tan buen rollismo que no puedo evitar recomendarla.
Mi opinión sobre Trolls
Trolls nos pone en la piel de unas amistosas y pastelosas criaturas que tienen que vivir ocultas de los malvados Bergens, empeñados en creer que la única forma de ser felices es comiendo uno de estos trolls.
Un día son descubiertos por estas criaturas y parte de los amigos de Poppy, la princesa de estas criaturas, son llevados para ser comidos. Es entonces cuando la princesa, acompañada del más gruñon de los trolls Branch, se encamine en una misión para salvar a su pueblo.
De esta forma empieza una aventura que a nivel de historia es bastante sencilla, pero que gana por transmitir un muy buen rollo durante todo su metraje. Y es que se nota que estas criaturas saben muy bien cómo divertirse, y hacen que se plasme por completo en toda la película. Un film que sobre todo disfrutarán los niños con sus diálogos, pero que puede convencernos por sus canciones.
Uno de los puntos fuertes de esta película son precisamente sus canciones, y es que es una mezcla muy interesante entre canciones propias y canciones versionadas actuales con algunas mucho menos modernas. Y esa mezcla hace que te entren ganas de bailar en cuanto suenan.
Una de las mejores cosas que tiene Trolls es su banda sonora, aunque hay que admitir que pierden bastante muchas de las canciones cuando se doblan en español y que a veces te puede llegar a sobresaturar con demasiadas canciones seguidas.
Aun así, una vez terminada de ver la película, no es de extrañar que nos encontremos buscando la banda sonora para escucharla; y es que es muy – pero que muy – pegadiza.
Otro punto a favor de este film es su estilo. Con unos personajes que parecen echos de felpa, con una pelusilla que rodea a la mayoría de ellos, la película consigue transmitirnos de lleno la calidez que quiere que transmitan sus personajes.
Esas criaturas que se mueven y parecen estar hechas con felpa son de las mejores cosas de la película, y eso que podemos encontrar bichos de lo más horrendos en todo el film, a pesar de lo dicho anteriormente, que pueden tildarse de adorables.
En general Trolls es una película para pasar el rato, pero poco más. Admito que me he viciado mucho a sus canciones en más de una ocasión, pero eso no significa que quiera ver la película una y mil veces.
Lo cierto es que la primera vez me sorprendió porque no me esperaba absolutamente nada, pero también hay que decir que no aporta nada nuevo con un segundo visionado.
Una película entretenida que gustará sobre todo a los más pequeños de la casa, pero con la que los adultos también pueden pasar un buen rato si se dejan llevar por su buen rollismo.