
Cuando empezamos a descubrir la historia, nos damos cuenta de lo mucho que ha quedado relegada la mujer durante siglos. Da igual que haya personajes femeninos fuertes que recordar, se habla mucho menos de ellas que sus homólogos masculinos. Por esa razón, encontrarse con libros como Yo, Julia se agradece.
Mi opinión sobre Yo, Julia
Me han gustado siempre los libros de ficción con rigor histórico, pero sin duda Santiago Posteguillo me ha descubierto lo maravilloso que es leer un libro donde lo que se cuenta pasó de esa forma – aunque esté adornado con florituras -, pero no sientas que te estás leyendo un tocho infumable, sino una novela de lo más interesantes.
Yo, Julia nos cuenta la historia de Julia Domma, y de como su ambición la llevó a convertirse en emperatriz de toda Roma. Antes de conseguir el poder total, cinco emperadores quisieron el poder que finalmente ostentaron ella y su marido.
Y, aunque de fuera parecía que el poderoso de esta historia era precisamente su marido, al escarbar un poco más descubres que nada más lejos de la realidad. Fue Julia la fuerza que cambió el destino de un imperio, la que hizo posible que se forjase una nueva dinastía sobre los recuerdos de una que ya estaba terminada.
Si quieres descubrir cómo consiguió todo esto, y conocer un poco más los tejemanejes del pueblo romano, sin duda la novela de Santiago Posteguillo es de lo más recomendable.
Como decía, no solo es una novela de gran rigor histórico, sino que está tan bien escrita que nos traslada de lleno al imperio romano, a esa época tan conflictiva y llena de personas luchando por el poder cueste lo que cueste.
Aunque es un libro especialmente largo, todo esto hace que sea tremendamente fácil de leer. No se hace pesado, sino que disfrutas cada página y cuando quieres darte cuenta ya han pasado años en la historia de Julia.
La cantidad de detalles de Yo, Julia no se hace pesado, sino que nos ayudan a meternos de lleno en ese mundo romano lleno de intrigas y, lo más interesante, en la mente de una mujer que fue una adelantada a su época.
Santiago Posteguillo con su prosa te lleva de la mano para introducirse en ese mundo no tan lejano y darnos a conocer lo compleja que era la sociedad romana en todos sus aspectos, así como lo difícil que es mantener un imperio.
Sin duda, leeré la continuación de Yo, Julia. Aunque ya me he destripado un poco qué pasa después – solo tenemos que meternos en Wikipedia para averiguarlo -, tengo ganas de ahondar en profundidad en esta trama ya que estoy segura de que me sorprenderá.
Si te gustan los libros que ocurren en épocas históricas y que enseñan a la par que entretienen, tienes que leer entonces Yo, Julia. Un libro de lo más completo que sabe muy bien dar vida a una mujer que, si no fuera por Santiago Posteguillo, no habría sabido de su existencia ni de todo lo que hizo para llegar a ser la emperatriz del pueblo romano.
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